Propuesta Pragmática como Solución Justa y Sostenible al Conflicto Histórico en Valle Nuevo, Constanza

Por: Carlos Ml. Gratereaux Hernández
Economista y Profesor Universitario, oriundo del Municipio de Constanza

El caso del Parque Nacional Valle Nuevo es un digno ejemplo de las históricas fallas de institucionalidad de las diferentes administraciones del Gobierno en la República Dominicana. A su vez, los problemas en dicha área protegida revela la sistemática violación a las leyes de medio ambiente y de áreas protegidas, por todos los actores involucrados, incluyendo la falta de seguimiento y fiel cumplimiento de la ley por parte de quien propiamente está llamado a hacerlo: el Estado Dominicano. Siendo así, la solución al conflicto creado luego de vencido el plazo dado por la resolución No. 14/2016, debe surgir a partir de un enfoque integral del desarrollo y las políticas públicas, basado en el consenso social y las mejores prácticas internacionales en aras de la justicia, eficiencia y sostenibilidad. El paradigma planteado como enfoque del desarrollo y de las políticas públicas es el tomado en cuenta  en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ONU, 2015) y el Plan Estratégico para Diversidad Biológica 2010-2020 y sus 20 metas Aichi.
Primero, hay que reconocer que si no se buscan soluciones que en vez de generar más pobreza y desigualdad permitan a los campesinos involucrados salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida, no seremos exitosos conservando el medio ambiente y resguardando las aéreas protegidas. Como ha de entenderse, ningún ser humano viviendo en condiciones de pobreza y con grandes debilidades en su educación, va a tener como prioridad conservar el medio ambiente. De ahí que las propuestas hasta ahora planteadas a los productores agrícolas en el Parque Valle Nuevo y sus zonas de amortiguamiento no han sido aceptadas, ya que implicarían un empeoramiento de sus condiciones de vida materiales.

Según plantea el Plan de Manejo (2006) de dicho parque: “Existen evidencias que la mayoría de comunidades y propietarios estaban dentro del área protegida antes de la declaratoria de Reserva Nacional y de Parque Nacional que la situación actual genera en ellos el síndrome psicosocial de oportunismo eventual del suelo” (Pág. 75). También, en la página 79 establece sobre los agricultores “en vez de definirlos como villanos e ignorarlos como muchos grupos conservacionistas han hecho, se recomienda que se establezca contacto permanente con ellos y que se entre en negociaciones, para ver qué solución se puede establecer con sus tierras si destinarlas a la conservación o al uso técnicamente adecuado de los recursos y no a la explotación irracional.” Esto indica que hay que buscar una salida pragmática y que permita aplicar el Plan de Rescate de Valle Nuevo reconociendo que los productores agrícolas son parte del problema, pero también de la solución, y que al menos en menor medida, hacer uso sostenible de su derecho adquirido a la tierra que a muchos ha visto nacer.

Segundo, el enfoque puramente “jurista-ambientalista” indicaría que hay que cumplir la ley de medio ambiente y áreas protegidas a cabalidad. Con relación a ello tengo tres argumentos:
i)                La ley ha sido históricamente violada  por todos los actores, y paradójicamente, quien ha estado a cargo de elaborarla y hacerla cumplir es quien de primera mano la ha violentado. El propio Estado dominicano ha demostrado la ineficiente institucionalidad y no apego estricto a la ley del que adolece, cuando establece aéreas protegidas y no cumple el mandato legal de resarcir a los propietarios de terrenos y/o movilizar las actividades humanas dentro de esos terrenos.
ii)             La propia ley que establece los límite de Valle Nuevo resulta ser irracional, ya que como se establece en el Plan de Manejo del Parque Nacional Valle Nuevo, dentro del parque existen sendas áreas que no son conservables y que desde tiempos de Trujillo se han dedicado a la agricultura, y lo más importante, han estado ocupadas por gente trabajadora de la tierra y de donde obtienen el sustento de sus familiares.
iii)    Las leyes dominicanas no necesariamente son las más completas y de avanzada, y como tal, siempre pueden ser motivo de modificaciones y discusiones.

¿A qué me refiero con este último punto? Si uno busca referencias en la materia sobre áreas protegidas, necesariamente se encontrará con las “Categorías de manejo de áreas protegidas” de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), institución de la cual el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales es miembro. Desde hace más de 25 años, esta institución internacional establece seis categorías de áreas protegidas, siendo la última “Categoría VI: Uso sostenible de los recursos naturales”, donde se indica que su objetivo es: “Proteger los ecosistemas naturales y usar los recursos naturales de forma sostenible, cuando la conservación y el uso sostenible puedan beneficiarse mutuamente.” Esta podría ser una solución pragmática, y para mí, la menos costosa para el Estado Dominicano y más eficiente, justa y sostenible en términos económicos y sociales.

Algunos ejemplos destacados de estas áreas protegidas manejadas de acuerdo al Informe Planeta Protegido 2016 (UICN, 2016) son: El Parque de la Papa en Perú (http://www.parquedelapapa.org), El Puerto-Princesa Parque Nacional del Rio Subterráneo en Filipinas (http://whc.unesco.org/en/list/652). Otros ejemplos los encontramos en casos de estudios de Surinam, Guyana, Cameroon y Tailandia (Ver Bélair C., et. al 2010)La Republica Dominicana no puede vivir de espalda al mundo y a las mejores prácticas y experiencias regionales y mundiales, sobre todo si, según  datos oficiales somos de las economías de la región de América Latina y El Caribe con mayor crecimiento económico y relativamente exitoso en conservación del medioambiente. Sin embargo, en términos de reducción de la pobreza y la desigualdad, no presentamos igual historia de éxito y tenemos mucho camino por recorrer. De plano, el sistema sobre el cual está basada nuestra ley de áreas protegidas es el de la UICN-1978 y no en la más reciente versión, más realista y pro-desarrollo, la establecida en las categorías de conservación de la UICN-1994.

Tercero, hay que reconocer que una de las causas históricas de las debilidades en el sector medioambiental ha sido el bajo financiamiento público a las tareas de cuidado y restauración del medioambiente. En tal sentido, hay que buscar soluciones innovadoras que permitan al Estado dominicano aumentar sus ingresos y destinarlos al cuidado del medioambiente y la preservación de la rica biodiversidad de República Dominicana.

Para finalizar, les dejo con el penúltimo párrafo de mí propuesta inicial: Pacto por el Desarrollo Sostenible: Iniciemos por Valle Nuevo, viable a la luz de estos argumentos, por un Pacto por el Desarrollo Sostenible en República Dominicana:

“Por fortuna, existen alternativas que nos permitan alcanzar un consenso o pacto social que dirija a toda la nación por un viaje de transformación hacia un país mejor, como establece la propia Estrategia Nacional de Desarrollo (END, Ley 1-12). Por ejemplo, ¿Por qué no zonificar y delimitar las comunidades que históricamente han sido de vocación agrícola, ya deforestadas y fuente de sustento de muchas familias, para que se desarrollen proyectos de agricultura sostenible? Existen opciones de agricultura sostenible como la macadamia, el café, aguacate, entre otros árboles frutales orgánicos con amplio potencial y dinamismo para la exportación, que a la vez contribuyen con la reforestación y la protección del agua y los suelos, generan riqueza y bienestar para los hogares de la zona rural (precisamente donde vive la población con mayores niveles de pobreza). Por igual, evaluar la factibilidad de implementar algunos proyectos ecoturisticos y de silvicultura que involucre a las propias comunidades en la protección del medio ambiente. Es decir, hacer realidad de manera integral y consensuada el concepto de desarrollo sostenible en la República Dominicana: economía, medioambiente y, sobretodo, ser humano, conviviendo de manera armoniosa y contando con la regulación de un Estado eficiente. El propio Presidente Danilo Medina tendría un rol importante en el financiamiento y la viabilidad de estos proyectos de desarrollo sostenible que a la vez contribuirían a la reducción de la pobreza y la preservación del medio ambiente.”

Esta opción será una estrategia ganar-ganar, ya que en vez de aumentar se podría reducir la pobreza, hacer justicia con los más necesitados y los que tienen menos que ver con el atolladero creado en Valle Nuevo y, propiamente, hasta el Gobierno podría generar recursos (establecer como impuesto el 10% de las producción en tales “áreas protegidas manejadas”, como las establece la UICN, por ejemplo), y así se podría de manera sostenible conservar el medio ambiente y contribuir a alcanzar el desarrollo inclusivo y sostenible del pueblo dominicano.

Algunos lineamientos a evaluar y consensuar por un grupo multidisciplinario de expertos:

1- Modificar la ley de áreas protegidas con los fines de incluir una Categoría VI: Uso Sostenible de los Recursos Naturales, de acuerdo a las mejores prácticas internacionales de la UICN (de hecho, no se necesita cambiar la ley para siguiente opción…)

2- Zonificar las áreas críticas del Parque y restablecer las Zona de Recuperación (ZR) y Zona de Uso Contradictorio (ZUC). Esta ordenación del territorio y del uso del suelo debe establecerse de acuerdo a criterios científicos y en el estudio minucioso de un grupo multidisciplinario de expertos. Adicionalmente, esta zonificación debe seguir a cabalidad la Ley No. 632 de 1977 que establece que no puede haber actividad humana perturbadora en un radio de medio kilómetro a la redonda del nacimiento de un rio, cañada o manantial, con el objetivo de contribuir a la conservación del agua y de los suelos.

3- En estas Zona de Uso Contradictorio (ZUC) se podría establecer un tamaño máximo de 50 tareas por productor para que aplique agricultura sostenible: macadamia, café, aguacate, etc. Estos proyectos podrían ser manejados de forma colectiva (cooperativas, asociaciones de productores, etc.), lo que en la etapa de producción facilitaría las recaudaciones fiscales que obtendría el gobierno.

a.   El financiamiento de estos proyectos podría venir de varias fuentes: Banco Agrícola, FEDA o Visitas Sorpresas Presidenciales.
b.Las empresas privadas podrían apadrinar mediante acciones de responsabilidad social la compra de árboles y l agricultura sostenible, etc.
c.    Los visitantes del parque podrían adoptar algunos árboles como forma de su contribución a la conservación del medioambiente y el desarrollo sostenible.
d.  La capacitación constante en educación ambiental y agricultura sostenible debe ser un componente esencial de esta propuesta.


4-   Los productores más grandes, podrían aplicar agricultura sostenible de foresta, es decir, sembrar árboles forestales con planes de manejo definidos para la silvicultura sostenible: caoba, ébano verde, roble, etc. Estos serian productores que tienen 100 tareas o más. Similar al Plan Nacional Quisqueya Verde…

5- Como estos productos agrícolas son de largo plazo (lo que algunos agricultores podrían ser renuentes a sembrar), se podría seguir con las propuestas de sueldos fijos como guardabosques por el ciclo de producción de estos frutales hasta que comienza la etapa de producción. En otros parques nacionales se aplica un enfoque similar: Parque Nacional Luis Quinn, por ejemplo.

a.  Adicionalmente, se podría implementar un sistema de pagos por servicios ambientales de las comunidades beneficiarias del agua proveniente de Valle Nuevo. De estos pagos se podrían beneficiar los campesinos y el propio Estado Dominicano. Se pueden analizar las experiencias de Nicaragua, Colombia y Costa Rica en dicha materia.

   6- Hacer cumplir lo que establece la ley sobre delitos ambientales para los productores grandes y que han explotado grandes porciones de terrenos. En especial, aquellos que no están dentro del inventario de productores agrícolas de 1998 (según Plan de Manejo 2006) y que poseían grandes inversiones y grandes extensiones de terrenos. Estos recursos por igual podrían dedicarse a la conservación del Parque Nacional Valle Nuevo.

    7-   Evaluar la posibilidad de obtener “fondos verdes” y “bonos de carbono” por la contribución de estos proyectos a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la conservación de la naturaleza. Los recursos obtenidos serian empleados por el Estado dominicano en la conservación del medio ambiente y la diversidad biológica en áreas protegidas. Se requeriría asistencia técnica del BID, la FAO y la ONU, etc.

   8-  Estos lineamientos podrían ser aplicados igualmente a otras aéreas geográficas dentro del municipio de Constanza (Parque Nacional Armando Bermúdez y zona alta de la cuenca del Rio Tireo). Además, Los problemas de Constanza no se circunscriben solo a estas áreas, por lo que un plan de más amplia envergadura sería ideal.

   9-  Esta experiencia serviría de ejemplo para el ordenamiento y uso de suelos de otras áreas protegidas con igual o peor condiciones, y además, para establecer un plan de ordenamiento territorial y uso de suelos en todo el país.
  
  10- Conjuntamente con lo anterior, debería servir para establecer una Estrategia Nacional de Conservación del Medio Ambiente y la Biodiversidad en la República Dominicana.

El Desarrollo Sostenible inclusivo es posible en la República Dominicana!

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