“El Coronel no tenía quien le escriba, pero Constanza y el
Desarrollo Sostenible, SI!”
El
reconocido economista, filósofo y matemático Amartya Sen, uno de los proponentes
del paradigma del desarrollo humano que desde principios de los 90s cambio la
forma de ver el progreso social y las políticas públicas, en su Teoría de la
Elección Social plantea que las mejores soluciones a los problemas del
desarrollo económico y social se alcanzan de forma consensuada, con la
participación de todos los actores sociales involucrados. En este sentido, las
reformas estructurales y los cambios y/o acciones de políticas públicas
resultarían en las mejores opciones para la sociedad en su conjunto, alcanzando
un escenario ganar-ganar.
Eso es precisamente lo que propuse en mi
artículo anterior: “Pacto
por el Desarrollo Sostenible en República Dominicana: Iniciemos por Valle
Nuevo, Constanza”, donde evidenciaba que
los problemas del Parque Nacional Valle Nuevo vienen desde hace muchos años, inclusive
después de declarar este hermoso altiplano como zona vedada en 1961, Reserva
Científica en 1983 y después de declararla como Parque Nacional en 1996 (Ver el
Libro de Constancio Cassa sobre Valle Nuevo publicado por el Archivo General de
la Nación en 2012). Además, planteaba que dadas las ineficiencias
institucionales históricas de las autoridades medioambientales, las soluciones
a los problemas deberían establecerse de manera consensuada y progresiva,
ya que como en muchos otros problemas nacionales, el propio Estado y la clase
política dominante, la corrupción y el clientelismo imperante, es y ha sido parte
de las causantes principales de tales retrancas al desarrollo nacional. En gran
parte, por eso hemos crecido, pero el actor más importante, la gente, el pueblo
dominicano, no se ha visto beneficiado de manera significativa, justa ni mucho
menos equitativamente.
Claro está, toda regla tiene sus
excepciones, en el país hay mucha gente que el status quo le ha sido muy
beneficioso, han tenido buena movilidad social y se han hecho millonarios. Para
muestra un botón, por ejemplo, ver mis artículos críticos sobre algunos problemas
e ineficiencias institucionales del Banco Central de la República Dominicana en
este diario y en mi blog: www.cgratereaux.blogspot.com
El desastre apreciado en el caso del
Parque Nacional Valle Nuevo, es una muestra fehaciente de los grandes problemas
institucionales que se presentan en República Dominicana. Pero más que ver un
problema más de los tantos que como nación en desarrollo nos agobian, ¿Por qué
no ver una oportunidad para cambiar la vida de las personas más pobres? Las
cuales muchas veces, son parte minoritaria en las causantes del problema, pero
por lo general, son las que salen más perjudicadas a la hora de asumir o pagar
las consecuencias. Esta podría ser una gran oportunidad para contribuir al
desarrollo económico y social sostenible y a la mitigación y adaptación al
cambio climático.
Los
limites oficiales de Valle Nuevo y las prácticas agrícolas en su interior
FUENTE:
Imagen publicada por la Fundación Moscoso Puello
Por ejemplo, a finales de noviembre
2016, me enteré de una gran injusticia con las medidas de recate de Valle
Nuevo: a un pequeño productor agrícola constancero en Pinalito, llamado el Sr. “Holasquez”,
pobre, trabajador y con una numerosa familia, el cual yo mismo alfabeticé por
el año 2000, se le comunicó que no puede seguir laborando las tierras (de no
más de 20 tareas) que por décadas le ha estado dando el sustento de su familia.
La referida tierra está ubicada cercana a las periferias de la presa de
Pinalito, Tireo Abajo, comunidad eminentemente agrícola, la cual supuestamente
podría estar dentro de los límites del parque, y de donde posiblemente el
propio dictador Rafael Leonidas Trujillo comió un delicioso puré de papas, una
rica ensalada rusa con zanahorias y cebolla, etc. (ver el “desguañangue” de los
limites oficiales del parque y la agricultura dentro de este en la imagen
adjunta) Como el caso de este pobre y
laborioso señor, quien no ha tenido igualdad de oportunidades que otros hemos
ostentado y aprovechado, hay y deben de haber múltiples experiencias.
Esto
sería una gran injusticia, la cual el pueblo y las autoridades dominicanas no
se puede dar el lujo de permitir: una especie de genocidio agrícola y humano, cuando
el propio Estado es quien ha permitido la violación a la ley de áreas
protegidas y lo que es peor, no ha bien delimitado ni resguardado la integridad
de muchas de las áreas protegidas (Como mostré anteriormente, Valle Nuevo es la
cuarta área protegida más afectada entre 2000 y 2014, sin tomar en cuenta los
incendios forestales mal manejados de 2014-2015). Literalmente, se han
establecido “Parques de Papel” y se ha sido ineficiente para velar por el
cumplimiento de esas leyes, como en muchos otros casos.
Ningún extremismo es bueno y beneficioso
para la sociedad dominicana: ni economicismo, ni ambientalismo, ni socialismo,
ni capitalismo, ni ninguna receta enlatada por más que promueva ser la panacea
de la solución de todos los problemas económicos y sociales que nos afectan.
Repensemos la República Dominicana en todos los aspectos, consensuemos,
sentémonos todos y trabajemos para un mejor país, más próspero y más justo; más
sostenible y con visión de futuro.
Es por ello que reitero mí llamado a las
autoridades dominicanas y a la sociedad en su conjunto, al consenso de un
amplio “Pacto Social por el Desarrollo Sostenible”, donde se discutan de manera
amplia y rigurosa, estos aspectos tan relevantes para el porvenir y el
desarrollo económico y social, actual y futuro, de la hermosa República
Dominicana. Iniciemos por el tesoro natural que debemos todos proteger: “Valle
Nuevo” y extendámoslo por todo lo largo y ancho de toda esta hermosa media isla
que ocupa República Dominicana, y ¿por qué no?, de toda la Isla Hispaniola.
P.D:
En un artículo posterior escribiré sobre posibles opciones de políticas
públicas, incentivos económicos y proyectos de desarrollo rural y/o agricultura
sostenible que podrían evaluarse en dicho pacto social.
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