Paz, Justicia y Desarrollo: La Oportunidad en Valle Nuevo, Constanza (3)

Ya el palo esta dado, como comúnmente decimos los dominicanos. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, encabezado por el nuevo ministro Francisco Domínguez Brito, se impuso con la resolución que ordenaba la salida de todos los productores agrícolas dentro de los límites o zonas de amortiguamiento del Parque Nacional Valle Nuevo para finales de Enero del 2017. Esta medida, aunque con buenas intenciones, violaba los acuerdos ya establecidos en el Plan de Manejo (donde se reconocía que hay áreas dentro de los límites del parque que no son conservables ni meritorias de formar parte de un parque nacional) y en el propio Plan Operativo Anual (POA) 2016 del Parque donde se establecía reducir la agricultura a los niveles de 1998 y el Plan de Manejo de los Recursos Naturales de Constanza publicado en Septiembre 2016, donde se establecía en la actividad 2.7.39 el objetivo de reducir las actividades agrícolas en 48 meses (unos 4 años), es decir, de una forma gradual y quizás menos conflictiva.
            La semana pasada, prácticamente a horas de vencer el plazo para terminar todas las actividades agrícolas dentro de los límites del parque, el ministro de Medio Ambiente se reunió con los campesinos pobres que tienen décadas trabajando sus tierras y les prometió buscar alternativas viables para que con su trabajo obtengan el sustento diario de sus familias. Esto al menos con los productores ubicados en algunas comunidades de Constanza, ya que en las demás localidades de Bonao, San José de Ocoa y Azua se continúa con actividad agrícola dentro del parque. Según reportaron algunos medios de comunicación, entre las propuestas de Domínguez Brito se encuentran el pago de sueldos mensuales de RD$7,500 como guardabosques, la promesa de reubicación de algunos productores y el estudio del financiamiento de la construcción de invernaderos para algunos de los afectados. En resumen, vencido el plazo no se tienen propuestas concretas de solución al problema histórico creado por la ineficiencias institucionales del país y la reiterada violación de las leyes ambientales y de aéreas protegidas (muchas veces auspiciadas por las propias autoridades gubernamentales). Sin embargo, la mayoría de estos padres de familias no saben de dónde van a sacar el “pan de cada día” de sus dependientes a partir del mes de febrero y el resto del año.
Así es como se elaboran y ponen en ejecución las políticas públicas en la República Dominicana: falta de planificación y consenso social, sin un análisis costo-beneficio exhaustivo y al final se toman las decisiones de las alternativas más costosas y menos viables. En el caso del atolladero creado en Valle Nuevo, hay que reconocer que si no se buscan soluciones que en vez de generar más pobreza y desigualdad permita a los campesinos involucrados salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida, no seremos exitosos conservando el medio ambiente y resguardando las areas protegidas. Como ha de entenderse, ningún ser humano viviendo en condiciones de pobreza y sin educación, va a tener como prioridad conservar el medio ambiente. De ahí mi propuesta de una visión integral del problema, como lo propone un enfoque como el planteado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
Mi propuesta inicial que publicara en este diario a mediados de diciembre de 2016: Pacto por el Desarrollo Sostenible: Iniciemos por Valle Nuevo y otros dos artículos abogando por la paz, justicia y desarrollo para todos, la única objeción que ha recibido es que aparentemente estaría contraria al cumplimiento estricto de la Ley de Areas Protegidas. Con relación a ello tengo tres argumentos: i) La ley ha sido históricamente violada  por todos los actores, y paradójicamente, quien ha estado a cargo de elaborarla y hacerla cumplir es quien de primera mano la ha violentado. El propio Estado dominicano ha demostrado la ineficiente institucionalidad y no apego estricto a la ley del que adolece, cuando establece areas protegidas y no cumple el mandato legal de resarcir a los propietarios de terrenos y/o movilizar las actividades humanas dentro de esas terrenos; ii) La propia ley que establece los límite de Valle Nuevo es irracional, ya que como se establece en el Plan de Manejo, dentro del parque existen sendas áreas que no son conservables y que desde tiempos de Trujillo se han dedicado a la agricultura, y lo más importante, han estado ocupadas por gente trabajadora de la tierra y de donde obtienen el sustento de sus familiares; finalmente, iii) Las leyes dominicanas no necesariamente son las más completas y de avanzada, y como tal, siempre pueden ser motivo de modificaciones y discusiones.
¿A que me refiero con este último punto? Si uno busca referencias en la materia sobre áreas protegidas, necesariamente se encontrará con las “Categorías de manejo de áreas protegidas” de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), institución de la cual el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales es miembro. Desde hace mas de 25 años, esta institución internacional establece seis categorías de áreas protegidas, siendo la última “Categoría VI: Uso sostenible de los recursos naturales”, donde se indica que su objetivo es: “Proteger los ecosistemas naturales y usar los recursos naturales de forma sostenible, cuando la conservación y el uso sostenible puedan beneficiarse mutuamente.” Esta podría ser una solución pragmática, y para mí, la menos costosa para el Estado Dominicano y más eficiente y sostenible en términos económicos y sociales. Para finalizar, les dejo con el penúltimo párrafo de mí propuesta, viable a la luz de estos argumentos, por un Pacto por el Desarrollo Sostenible en RD:

“Por fortuna, existen alternativas que nos permitan alcanzar un consenso o pacto social que dirija a toda la nación por un viaje de transformación hacia un país mejor, como establece la propia Estrategia Nacional de Desarrollo (END, Ley 1-12). Por ejemplo, ¿Por qué no zonificar y delimitar las comunidades que históricamente han sido de vocación agrícola, ya deforestadas y fuente de sustento de muchas familias, para que se desarrollen proyectos de agricultura sostenible? Existen opciones de agricultura sostenible como la macadamia, el café, aguacate, entre otros árboles frutales orgánicos con amplio potencial y dinamismo para la exportación, que a la vez contribuyen con la reforestación y la protección del agua y los suelos, generan riqueza y bienestar para los hogares de la zona rural (precisamente donde vive la población con mayores niveles de pobreza). Por igual, evaluar la factibilidad de implementar algunos proyectos ecoturisticos y de silvicultura que involucre a las propias comunidades en la protección del medio ambiente. Es decir, hacer realidad de manera integral y consensuada el concepto de desarrollo sostenible en la República Dominicana: economía, medioambiente y, sobretodo, ser humano, conviviendo de manera armoniosa y contando con la regulación de un Estado eficiente…” 

Esta opción será una estrategia ganar-ganar, ya que en vez de aumentar se podría reducir la pobreza, hacer justicia con los más necesitados y los que tienen menos que ver con el atolladero creado en Valle Nuevo y, propiamente, hasta el Gobierno podría generar recursos (establecer como impuesto el 10% de las producción en tales “áreas protegidas manejadas”, como las establece la UICN, por ejemplo), y así se podría de manera sostenible conservar el medio ambiente y contribuir a alcanzar el desarrollo del pueblo dominicano.

Comentarios